Soñé a veces con asaltar tus sueños
y hacerme con el mando de tu mente,
modificar tu colección de pensamientos
para volver a verte y que me vieses;
no como ayer, sino hoy como yo quiero.
Y aunque artificialmente me quisieses,
aunque no fuera amante, solamente dueño,
viviría el engaño lentamente,
sucumbiría a tus fríos y prohibidos besos
y follaríamos una y otra vez apasionadamente.
Después, comprendería que ya no duermo,
que desperté solo y que es mi única suerte;
que aun puedo soñarte, aun hay tiempo…
lunes, 9 de febrero de 2009
jueves, 5 de febrero de 2009
El recuerdo de tus ojos
Recuerdo tus ojos melancólicos
y las heridas que producen en mis retinas;
tu sonrisa, tu llanto y hasta tu enfado;
mientras el olvido es un olvido de mentira
y el tiempo no condiciona los sentimientos,
y las sombras solo son silenciosas huidas,
y el último suspiro son tus labios,
y el sueño que tengo despierto;
el aliento de pasión, deseo
es robarte, lenta y sigilosamente,
uno a uno, cada uno de tus besos.
y las heridas que producen en mis retinas;
tu sonrisa, tu llanto y hasta tu enfado;
mientras el olvido es un olvido de mentira
y el tiempo no condiciona los sentimientos,
y las sombras solo son silenciosas huidas,
y el último suspiro son tus labios,
y el sueño que tengo despierto;
el aliento de pasión, deseo
es robarte, lenta y sigilosamente,
uno a uno, cada uno de tus besos.
miércoles, 4 de febrero de 2009
Soledad, campos y días grises
La música surgía del silencio;
de los campos solitarios
y el color gris del invierno.
Hablaba de la soledad del hombre,
de historias jamás contadas,
de las aves que un día
se alejaron sobre las montañas.
Si escuchabas el silencio
oías hablar a las briznas de hierba
y el cántico de los abetos;
el agudo llanto de la tierra,
el susurro del cielo
y el murmullo continuo de las piedras.
Los días grises hablan de soledad
pero la tristeza es un sentimiento inventado
que surge cuando estas en la ciudad.
La peor soledad es cuando estas acompañado
y aun te sientes solo,
porque aun cuando lo tienes todo
te ahogas en los adoquines y el asfalto
y ves pasar sobre tu cuerpo;
la derrota y el fracaso.
Los cadáveres de los sueños
son hundidos, poco a poco, en el fango.
Suavemente, la lluvia borra las huellas;
el eco de otra época se debilita
y el agricultor de los campos de sueños
trabaja otra vez en mi parcela de vida.
Me enciendo como la llama,
que crece, lentamente, con la leña.
Se tiñe el color de las palabras,
mientras el autobús sigue surcando la carretera.
de los campos solitarios
y el color gris del invierno.
Hablaba de la soledad del hombre,
de historias jamás contadas,
de las aves que un día
se alejaron sobre las montañas.
Si escuchabas el silencio
oías hablar a las briznas de hierba
y el cántico de los abetos;
el agudo llanto de la tierra,
el susurro del cielo
y el murmullo continuo de las piedras.
Los días grises hablan de soledad
pero la tristeza es un sentimiento inventado
que surge cuando estas en la ciudad.
La peor soledad es cuando estas acompañado
y aun te sientes solo,
porque aun cuando lo tienes todo
te ahogas en los adoquines y el asfalto
y ves pasar sobre tu cuerpo;
la derrota y el fracaso.
Los cadáveres de los sueños
son hundidos, poco a poco, en el fango.
Suavemente, la lluvia borra las huellas;
el eco de otra época se debilita
y el agricultor de los campos de sueños
trabaja otra vez en mi parcela de vida.
Me enciendo como la llama,
que crece, lentamente, con la leña.
Se tiñe el color de las palabras,
mientras el autobús sigue surcando la carretera.
domingo, 1 de febrero de 2009
Luces y sombras
El cielo se torna gris
sobre los campos de Palencia,
campos que se tragan las lagrimas,
escondiendo las pruebas de su tristeza
debajo de la fría y dura tierra.
El paisaje a través de mi ventana
habla de tiempos pasados.
Lejana historia de sucesos recientes…
En el recuerdo encuentro cansancio;
duelo de caminos enajenados.
Descubro la falacia de las utopías
y los edenes de la vida cotidiana.
No necesito empezar de cero los caminos,
ni rendirme cuando pierdo una batalla;
porque el que no lucha, no gana.
Y en el ocaso de los días,
cuando todo se sume en la penumbra
yo estaré con mi gente y mis sueños
y aunque las farolas permanezcan ocultas
sabré que hoy hasta la oscuridad me alumbra.
sobre los campos de Palencia,
campos que se tragan las lagrimas,
escondiendo las pruebas de su tristeza
debajo de la fría y dura tierra.
El paisaje a través de mi ventana
habla de tiempos pasados.
Lejana historia de sucesos recientes…
En el recuerdo encuentro cansancio;
duelo de caminos enajenados.
Descubro la falacia de las utopías
y los edenes de la vida cotidiana.
No necesito empezar de cero los caminos,
ni rendirme cuando pierdo una batalla;
porque el que no lucha, no gana.
Y en el ocaso de los días,
cuando todo se sume en la penumbra
yo estaré con mi gente y mis sueños
y aunque las farolas permanezcan ocultas
sabré que hoy hasta la oscuridad me alumbra.
miércoles, 21 de enero de 2009
Yo y mi circunstancia
Los segundos pasan en el reloj
mientras oscurece en la calle
y hablan las sombras del paso del tiempo,
como el suave movimiento de las aves
que planean lejanas en el cielo
y huyen del frío; inteligentes, cobardes.
Se van, perdiéndose en otros mundos;
mientras yo hablo del regreso,
de heridas abiertas que cierro.
Debo respirar el aire frío
y sentir el tiritar de mi cuerpo,
darme cuenta de que sigo vivo
en este caos de calles que se cruzan,
vidas que chocan y futuros que se truncan.
Aun me queda todo el mundo
y los reinos íntimos del silencio.
Ahora decido cuando pasan los segundos
Así, yo y mi circunstancia somos eternos.
Entonces porque no reírme de las reglas, las leyes
¿Porque posar mis pies en el suelo?
mientras oscurece en la calle
y hablan las sombras del paso del tiempo,
como el suave movimiento de las aves
que planean lejanas en el cielo
y huyen del frío; inteligentes, cobardes.
Se van, perdiéndose en otros mundos;
mientras yo hablo del regreso,
de heridas abiertas que cierro.
Debo respirar el aire frío
y sentir el tiritar de mi cuerpo,
darme cuenta de que sigo vivo
en este caos de calles que se cruzan,
vidas que chocan y futuros que se truncan.
Aun me queda todo el mundo
y los reinos íntimos del silencio.
Ahora decido cuando pasan los segundos
Así, yo y mi circunstancia somos eternos.
Entonces porque no reírme de las reglas, las leyes
¿Porque posar mis pies en el suelo?
viernes, 9 de enero de 2009
Mi ciudad y yo
El frío acecha en la calle
como un suspiro de alma ausente.
En la ciudad de tonos apagados
hiela mas la soledad que la nieve,
como el sentimiento moja mas que cuando llueve.
La gente camina por el barrio
y las ventanas de mi habitación
me siguen transportando al pasado:
y miro a la calle; soy yo
y escucho un grito; mi voz
Al final, la paz al odio destierra.
El hijo prodigo vuelve a casa
y el perdón mutuo de un hombre y su tierra
le hacen devolver a los pájaros sus alas
pues ya no necesita volar tras las montañas.
Arde el ciego velo del rencor
y aunque no haya arrepentimiento,
siento una suave esperanza en el corazón,
mientras el avivado fuego del deseo
da calor en este frío mes de enero.
como un suspiro de alma ausente.
En la ciudad de tonos apagados
hiela mas la soledad que la nieve,
como el sentimiento moja mas que cuando llueve.
La gente camina por el barrio
y las ventanas de mi habitación
me siguen transportando al pasado:
y miro a la calle; soy yo
y escucho un grito; mi voz
Al final, la paz al odio destierra.
El hijo prodigo vuelve a casa
y el perdón mutuo de un hombre y su tierra
le hacen devolver a los pájaros sus alas
pues ya no necesita volar tras las montañas.
Arde el ciego velo del rencor
y aunque no haya arrepentimiento,
siento una suave esperanza en el corazón,
mientras el avivado fuego del deseo
da calor en este frío mes de enero.
sábado, 13 de diciembre de 2008
Soy
Después de la tormenta
queda la calma,
pero la sangre ruge aun en mis venas
y quiero algo mas que palabras.
No soy un poeta, ni un literato;
solo soy una sombra en la noche,
un nómada que esta de paso
donde se ahogan las voces.
Soy la gota de agua marina
que se balancea en la punta de las olas,
el polvo de las estanterías,
el alcohol, el alcoholismo, el coma.
Soy una hoja en blanco
me arrugo, me dibujo en el alma:
incomprensibles garabatos,
puntos finales y tristes miradas.
queda la calma,
pero la sangre ruge aun en mis venas
y quiero algo mas que palabras.
No soy un poeta, ni un literato;
solo soy una sombra en la noche,
un nómada que esta de paso
donde se ahogan las voces.
Soy la gota de agua marina
que se balancea en la punta de las olas,
el polvo de las estanterías,
el alcohol, el alcoholismo, el coma.
Soy una hoja en blanco
me arrugo, me dibujo en el alma:
incomprensibles garabatos,
puntos finales y tristes miradas.
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