Soñé a veces con asaltar tus sueños
y hacerme con el mando de tu mente,
modificar tu colección de pensamientos
para volver a verte y que me vieses;
no como ayer, sino hoy como yo quiero.
Y aunque artificialmente me quisieses,
aunque no fuera amante, solamente dueño,
viviría el engaño lentamente,
sucumbiría a tus fríos y prohibidos besos
y follaríamos una y otra vez apasionadamente.
Después, comprendería que ya no duermo,
que desperté solo y que es mi única suerte;
que aun puedo soñarte, aun hay tiempo…
lunes, 9 de febrero de 2009
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