Llame a la puerta
y nadie contesto.
Lloré en tu ausencia
y nadie me sacó del agujero;
ese pozo de incoherencia.
Ahora nada puede salvarnos,
nunca supe bailar bajo la lluvia,
ni contar con el fracaso;
soy mas de restas que de sumas
y siempre acabo mal mis relatos.
¿Quien hubiera imaginado
que en el medio del camino
sería como un canto rodado?
Rodando en el vacío
Interno, solitario; desgastado
como los sueños mirando las estrellas
con unos años menos
tirados en la hierba
cuando la vida aun era un juego
y tú aun estabas tras la puerta.
martes, 16 de junio de 2009
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