Y si volviera a verte
como no sucumbir al deseo interno
de querer quererte
como si no fuera tiempo
de amores inertes
y besos con sabor a ruego.
Mientras en la calle
llora mi voz al viento.
Ya no se fijarme en los detalles,
ni se que es lo que siento
pero si por una vez callase
me sentaría a tu lado y seria sincero;
ya no se volver a casa,
ni mirarte con ojos mentirosos.
Yo soy el doble filo de la daga
que con su juego peligroso
en ambos lados se nos clava.
¡Maldita sea!
Si al menos me quisieras,
quizás supiera bailar esta danza,
no huyendo de tu lado
al despertarme por la mañana.
Ya se que es cobardía lo que hago
por eso te pido que me ates fuerte
al filo de tus labios.
martes, 9 de junio de 2009
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