Volverás a soñar con el paraíso
como si el tiempo fuera un velo
de rostros que pasaran alicaídos
al baúl de los recuerdos.
Recordaras historias de dos,
aquellos triunfos incompletos
y lentas canciones de amor
bajo el manto de los aguaceros.
Pasado de sonrisas y lágrimas,
hablando de sentimientos impares.
El viejo borracho pasaba página
cuando abriste las puertas de la cárcel.
Ya no aguantaba mas cuentos con moraleja.
Yo no soy como un gato, nunca caigo de pie;
y tu corazón era como espuelas,
que se clavaban diariamente en mi piel.
Como un sueño inalcanzable;
tu nombre aun atenta a la razón.
Y a veces intento olvidarte…
Ya ves, que iluso soy, siempre el mismo error.
Hay días en que amanece
y me arrastro por el árido desierto
que provocas, mujer ausente.
Y te miro en las fotografías, me estremezco
¿Por qué me joden la vida los recuerdos?
¿Porque quiero volver a verte?
¿Por qué en este fracaso sin dueño
hablo si tu quieres del te quiero?
Sabes; ya no se quien soy.
Nunca fui un santo, un niño bueno;
pero cuando veo salir el sol
me creo un inepto Romeo,
un poeta de versos delicados.
Aunque mis poemas solo son retratos
de mi torpe afán por expresarte:
mi presente, mi pasado,
y los pensamientos que me abaten.
martes, 10 de febrero de 2009
lunes, 9 de febrero de 2009
Sueño contigo
Soñé a veces con asaltar tus sueños
y hacerme con el mando de tu mente,
modificar tu colección de pensamientos
para volver a verte y que me vieses;
no como ayer, sino hoy como yo quiero.
Y aunque artificialmente me quisieses,
aunque no fuera amante, solamente dueño,
viviría el engaño lentamente,
sucumbiría a tus fríos y prohibidos besos
y follaríamos una y otra vez apasionadamente.
Después, comprendería que ya no duermo,
que desperté solo y que es mi única suerte;
que aun puedo soñarte, aun hay tiempo…
y hacerme con el mando de tu mente,
modificar tu colección de pensamientos
para volver a verte y que me vieses;
no como ayer, sino hoy como yo quiero.
Y aunque artificialmente me quisieses,
aunque no fuera amante, solamente dueño,
viviría el engaño lentamente,
sucumbiría a tus fríos y prohibidos besos
y follaríamos una y otra vez apasionadamente.
Después, comprendería que ya no duermo,
que desperté solo y que es mi única suerte;
que aun puedo soñarte, aun hay tiempo…
jueves, 5 de febrero de 2009
El recuerdo de tus ojos
Recuerdo tus ojos melancólicos
y las heridas que producen en mis retinas;
tu sonrisa, tu llanto y hasta tu enfado;
mientras el olvido es un olvido de mentira
y el tiempo no condiciona los sentimientos,
y las sombras solo son silenciosas huidas,
y el último suspiro son tus labios,
y el sueño que tengo despierto;
el aliento de pasión, deseo
es robarte, lenta y sigilosamente,
uno a uno, cada uno de tus besos.
y las heridas que producen en mis retinas;
tu sonrisa, tu llanto y hasta tu enfado;
mientras el olvido es un olvido de mentira
y el tiempo no condiciona los sentimientos,
y las sombras solo son silenciosas huidas,
y el último suspiro son tus labios,
y el sueño que tengo despierto;
el aliento de pasión, deseo
es robarte, lenta y sigilosamente,
uno a uno, cada uno de tus besos.
miércoles, 4 de febrero de 2009
Soledad, campos y días grises
La música surgía del silencio;
de los campos solitarios
y el color gris del invierno.
Hablaba de la soledad del hombre,
de historias jamás contadas,
de las aves que un día
se alejaron sobre las montañas.
Si escuchabas el silencio
oías hablar a las briznas de hierba
y el cántico de los abetos;
el agudo llanto de la tierra,
el susurro del cielo
y el murmullo continuo de las piedras.
Los días grises hablan de soledad
pero la tristeza es un sentimiento inventado
que surge cuando estas en la ciudad.
La peor soledad es cuando estas acompañado
y aun te sientes solo,
porque aun cuando lo tienes todo
te ahogas en los adoquines y el asfalto
y ves pasar sobre tu cuerpo;
la derrota y el fracaso.
Los cadáveres de los sueños
son hundidos, poco a poco, en el fango.
Suavemente, la lluvia borra las huellas;
el eco de otra época se debilita
y el agricultor de los campos de sueños
trabaja otra vez en mi parcela de vida.
Me enciendo como la llama,
que crece, lentamente, con la leña.
Se tiñe el color de las palabras,
mientras el autobús sigue surcando la carretera.
de los campos solitarios
y el color gris del invierno.
Hablaba de la soledad del hombre,
de historias jamás contadas,
de las aves que un día
se alejaron sobre las montañas.
Si escuchabas el silencio
oías hablar a las briznas de hierba
y el cántico de los abetos;
el agudo llanto de la tierra,
el susurro del cielo
y el murmullo continuo de las piedras.
Los días grises hablan de soledad
pero la tristeza es un sentimiento inventado
que surge cuando estas en la ciudad.
La peor soledad es cuando estas acompañado
y aun te sientes solo,
porque aun cuando lo tienes todo
te ahogas en los adoquines y el asfalto
y ves pasar sobre tu cuerpo;
la derrota y el fracaso.
Los cadáveres de los sueños
son hundidos, poco a poco, en el fango.
Suavemente, la lluvia borra las huellas;
el eco de otra época se debilita
y el agricultor de los campos de sueños
trabaja otra vez en mi parcela de vida.
Me enciendo como la llama,
que crece, lentamente, con la leña.
Se tiñe el color de las palabras,
mientras el autobús sigue surcando la carretera.
domingo, 1 de febrero de 2009
Luces y sombras
El cielo se torna gris
sobre los campos de Palencia,
campos que se tragan las lagrimas,
escondiendo las pruebas de su tristeza
debajo de la fría y dura tierra.
El paisaje a través de mi ventana
habla de tiempos pasados.
Lejana historia de sucesos recientes…
En el recuerdo encuentro cansancio;
duelo de caminos enajenados.
Descubro la falacia de las utopías
y los edenes de la vida cotidiana.
No necesito empezar de cero los caminos,
ni rendirme cuando pierdo una batalla;
porque el que no lucha, no gana.
Y en el ocaso de los días,
cuando todo se sume en la penumbra
yo estaré con mi gente y mis sueños
y aunque las farolas permanezcan ocultas
sabré que hoy hasta la oscuridad me alumbra.
sobre los campos de Palencia,
campos que se tragan las lagrimas,
escondiendo las pruebas de su tristeza
debajo de la fría y dura tierra.
El paisaje a través de mi ventana
habla de tiempos pasados.
Lejana historia de sucesos recientes…
En el recuerdo encuentro cansancio;
duelo de caminos enajenados.
Descubro la falacia de las utopías
y los edenes de la vida cotidiana.
No necesito empezar de cero los caminos,
ni rendirme cuando pierdo una batalla;
porque el que no lucha, no gana.
Y en el ocaso de los días,
cuando todo se sume en la penumbra
yo estaré con mi gente y mis sueños
y aunque las farolas permanezcan ocultas
sabré que hoy hasta la oscuridad me alumbra.
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